Si buscamos una definición clásica del término Depresión
nos diría que se refiere a “Enfermedad o trastorno mental que se caracteriza
por una profunda tristeza, decaimiento anímico, baja autoestima, pérdida de
interés por todo y disminución de las funciones psíquicas. Una vez más, la
palabra “trastorno”, asusta, porque tenemos la percepción de que los demás nos
van a ver débiles.
Un trastorno se refiere a
un conjunto de síntomas, tal como cuando nos dicen que tenemos un trastorno
metabólico, como el colesterol y triglicéridos altos. A eso no le hacemos mucho caso y minimizamos,
aunque nos ponga en riesgo la vida.
Pero si nos dicen, que tenemos
un trastorno mental, emocional, del estado anímico, pensamos en locura. Entonces nos quedamos callados,
por el estigma o vergüenza. Y es aquí donde entramos en riesgo. Esto es, porque
una Depresión tiene
diversos niveles de síntomas; desde leve, moderado, a grave (severo).
Existen diferentes
clasificaciones en relación a la depresión. Es decir, diversos tipos. Unas con
sintomatologías más específicas que otras.
Muchas veces desconocemos cuál de ellas es y el nivel en que nos encontramos.
A mayor profundidad, más peligro, pues se compromete la percepción
de uno, del mundo que nos rodea y del futuro.
Pura desesperanza.
¡Y precisamente,
cómo vamos a vivir, si esa llama de luz, se nos apaga! Esta pérdida de visión interna, se desvanece, pues la persona
siente que su mente no está despejada, se le hace difícil tomar decisiones, cree que los demás están mejor, si él o ella
no estuviera. A esto le llaman “errores de
pensamiento”.
El dolor que queda en los
hijos, padres, amigos, familiares, compañeros de trabajo, es incuantificable,
cuando escuchamos que X, persona tomó la decisión de privarse de la vida, ya
que sobrepasaba una depresión severa. Es
similar a cuando lees el libro de “Crónicas
de una Muerte Anunciada”, todos lo sabíamos, pero no hicimos nada.
Así, que estemos alerta en
nuestra familia, comunidad, trabajo.
Unas palabras de aliento, mostrar que ese individuo importa, orientar,
notificar a personas que conozcan a ese ser sufrido, supervisores, Recursos
Humanos.
Todo esto puede hacer la
diferencia, en la historia de una familia y su generación entera.
Con mucho cariño,
Dra. Aracely Ortiz López
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